jueves, 20 de octubre de 2016

Lola Roca CIV

Lola Roca siempre ha sido artista, divina y elocuente, perspicaz, rápida de pensamiento y acción.
Lo suyo es el equilibrismo porque desde que tiene uso de razón ha caminado haciendo equilibrios sobre su particular cuerda floja: la delgada línea entre la genialidad y la locura.
Lola Roca siempre ha avanzado sin más red que sus propios recursos personales junto con las manos amigas que siempre han sabido balancearla hasta la verticalidad estable de sus pasos. Pero la estabilidad, tan delicada y efímera para Lola Roca no siempre lo ha supuesto todo. Mantenerse de pie es un esfuerzo muy grande que no siempre compensa, como ella bien sabe, pero ahora se ha caído de bruces y no sabe qué hacer para poder volver sobre su cuerda.
Lola Roca está confusa, sentada medio a oscuras a los pies de un escenario donde no termina de arrancar nunca su propia función.
Los chispazos de claridad que le llegan no son suficientes para mantener su bombilla encendida,  vuelve la oscuridad, pero Lola Roca sabe que, si otras lo consiguieron, ella también va a volver a caminar con paso firme y equilibrado.
Lola Roca duda de la realidad como cuando se difuminan los contornos en un dibujo mojado, mezclándose las formas, la inventiva ha comido terreno a su objetividad, entonces todo parece tan inventado que sólo puede ser real.
Entre titubeos y protagonismos antagónicos de películas por filmar Lola Roca debate con sus propias voces, que no sabe bien como callar.

Lola Roca ha dado con sus huesos en esa planta de salud mental, su alma y su mente aún están del todo por llegar.
Parcela hogar de la pata libre, Écija, Sevilla, octubre 2016.

jueves, 6 de octubre de 2016

Lola Roca CIII

Lola Roca tiene un gran problema con las tablas de multiplicar, se las empezaron a explicar justo después de que decidiese dejar de entender nada, así que por eso no le entran.

Lola Roca está en edad escolar, nada más y nada menos, con las matemáticas atragantadas, igual que ese nudo en la garganta que no puede tragar.

Y es que a Lola Roca nadie le ha explicado como digerir la pérdida de un ser querido, los cambios bruscos, o la sensación de abandono… Normal que no preste atención al seis por ocho o al tres por siete.

Lola Roca sólo sabe que no quiere aprender nada que le cuenten relacionado con multiplicador, dividendo y divisor, no quiere aprender nada sobre propiedades conmutativas, ni quiere estar en una casa que no es la suya, ni viviendo del colegio a la clase de apoyo extra-escolar.

Lola Roca pasa sentada más de seis horas al día frente a un cuaderno de cuadros, cuando realmente lo único que tiene a cuadros es su alma, que no entiende nada.


Lola Roca tiene una tristeza muy grande en el estómago, de esas tristezas que te suben sabor amargo al cielo del paladar…es que aún no se ha acostumbrado a que la señalen como la nueva huérfana cada dos por tres.
No se acostumbra a que sea prioritario el estudiar a elaborar su duelo…cosas de la infancia… cosas del fracaso vital, digo escolar.

Gracias de corazón a esa profesora de extra escolares que me contó la historia de esta Lola Roca.
Málaga, julio 2016.

lunes, 26 de septiembre de 2016

Lola Roca CII

Lola Roca ahorra como una hormiga cantando como las cigarras mientras trabaja amontonando sus propias migas de pan.
Lola Roca sabe que trabajar hay que trabajar porque a ella sólo le cayó del cielo esa tonalidad tan especial de sus ojos, pero como los iris bonitos no cotizan en bolsa, es pobre  de valores bursátiles, pero inmensamente rica en los vitales.
Lola Roca llegó a una ciudad de distintos azules de manera temporal, hasta que la ciudad le pidió que se quedase a contribuir con otro azul más.
En ese momento supo que había encontrado un nuevo hogar, por mucho que se empeñe la gente en no entenderla al hablar.
Los  ojos de Lola Roca transmiten el idioma universal, por mucho acento raro que no se le vaya a quitar jamás.
Lola Roca medita todos los días, cambia vidas de personas sólo con su vibración, es un alma sabia poderosa, de tez clara y mirada profunda de ancho mar.

Te habla de otras vidas, de otros mares, de otras energías sutiles que te ayudan a avanzar aunque Lola Roca de discreta, al principio, sólo te canturree algo al trabajar.
Fotografía de Ana Mª del Olmo, Toledo, septiembre 2016.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Lola Roca CI

Lola Roca no sabe expresar otro sentimiento que no sea el de la rabia a través del enfado.

Resulta que ya pasados los cuarenta se ve en una forzada cuarentena medio encerrada en una casa que reconoce como suya, pero que no sabe habitar.

Lola Roca se encuentra incómoda en todo terreno emocional. Es totalmente comprensible si sabes que desde pequeña Lola Roca tuvo que reprimir todo atisbo de vulnerabilidad.

Eso es lo que les pasa a las huérfanas de su familia, que al criarse sin mamá, maduran antes a partir de enterrar todo lo relacionado con la inteligencia emocional.

Pese a todo, ella tiene un aura muy conmovedora aunque Lola Roca no sabe llorar ni de pena, ni de tristeza… se las apaña para sacar cosas a fuera aunque, normalmente, sólo le salen gritos que esconden frustración.

Lo que le pasa a Lola Roca es que tiene miedo a permitirse sentir miedo, tiene miedo a dejarse sentir su sentir porque el sentido de su vida es demasiado turbulento como para destapárselo ahora, por mucho que le abran y le cierren la cabeza, Lola Roca seguirá igual, porque no hay cambio que le haga soltarse de su clavo ardiendo.


Ese clavo es su anclaje a la vida, la que la mantiene colgada en este mundo en el que puedes ser totalmente funcional aún sin saber nada de aquello de la gestión emocional…
Campanario de la iglesia de El Tobar, Cuenca, agosto 2016.

domingo, 4 de septiembre de 2016

Lola Roca C

Cuando los girasoles miran al suelo pasando del astro rey, empieza septiembre para Lola Roca.

Además, septiembre empieza con despedidas, adioses y hasta prontos que son una vuelta más de la rueda cíclica del para volver tener que irse.

Lola Roca se nota el cambio estacional en su tristeza y en el pelo.

La tonalidad de cada hoja le devuelve del paisaje cierta incertidumbre agridulce, porque aunque Lola Roca decidió vivir en un eterno verano, para evitarse la depresión postvacacional, los días con menos horas de luz no se los quita nadie.

Así, Lola Roca afronta el pequeño gran duelo, que es final del verano, mirando flores cabizbajas.

Los días se acortan y las mangas se alargan, mientras Lola Roca va defendiéndose de la melancolía de ese atardecer que llega cada vez más temprano.

Lola Roca escribió en un ticket de su bolso, con tinta roja, que a los amores de verano les siguen los despechos del otoño, y que era por eso por lo que a muy poca gente le gustaba septiembre.


Pero Lola Roca no escribe de sus duelos en los tickets ningún mes, ya tiene al día todas las facturas.

Casas Colgadas de Cuenca, agosto 2016, fotografía de Claudio Andrada.

sábado, 20 de agosto de 2016

Lola Roca XCIX

Lola Roca tiene el pelo muy largo porque dejó de peinarse.

Ella aprovechó sus enredos mentales para hacer sus ideas realidad, ahora lleva rastas.

Lola Roca respira hondo y tal vez fume demasiado, porque le entra la tos cuando está triste.

Encuentra la calma tocando el bajo, escuchando a los Ramones y escribiendo canciones.

A Lola Roca le da igual de donde vengan las letras, todas le salen bien, encuentra inspiración en las grietas de cualquier escalón y en los tallos de cualquier mala hierba.

Lola Roca es de acá y de allá, tiene familia en todas partes, a ambos lados del Atlántico, por eso ve brotes de vida en esquina.

Aunque esté en el paro, puede que Lola Roca esté más en movimiento que nunca, avanzando a buen ritmo, ganando acordes y aprendiendo que en la resistencia está la victoria.

De la tenacidad al escenario, Lola Roca está destinando su tiempo a ensayar en azoteas y a fumarse las puestas de sol.


Lola Roca marujea la mar de bien, cada vez crea mejor.

Hogar de amor y luz, Jeréz de la Frontera, agosto 2016.

miércoles, 22 de junio de 2016

Lola Roca XCVIII

Lola Roca es demasiado madura para su edad casi desde que tiene uso de razón.
Y ella es de las que usan la razón mucho, tal vez demasiado.
Tal vez por eso se siente siempre tan cansada, porque es un alma vieja con sus veintipocos años.
Como con cualquier abuso, abusar de la razón pasa factura porque las emociones y los sentimientos también buscan su sitio, por mucho que se quieran encerrar al fondo del pasillo.
Lola Roca lo ha probado casi todo, speed, cocaína,alcohol, las anfetas, los porros, el eme,...se ha metido de todo, pero lo que necesita es una dosis de amor propio.
Lo ha mezclado todo, hasta los intentos autolíticos con la autocompasión.
Por mucho que se meta de todo, siempre sale con más odio.
Lola Roca a veces se siente yonki del dolor, porque ante tanto desconsuelo, sólo la soledad sigue siendo quien la espera en todo bajón, en toda resaca... peor que el síndrome de abstinencia es tanta incomprensión.
Lola Roca ha aprendido que el suicidio no es la solución efímera transitoria a su desazón y sigue razonando. Sigue razonando porque su cerebro no para por mucho tiempo que dedique a su autodestrucción.
Lola Roca a veces siente que está en un cuerpo sin alma, otras siente que vive debajo de agua turbia.
La depresión es un grillete ensortijado que arrastra cuesta arriba.
Lola Roca está obligada a seguir manteniendo la respiración, a salir a flote, a avanzar sin lastres y a autoreconciliarse.

Gibralfaro, Málaga, mayo 2016.
Con mucho amor a todas las que sobrevivimos y salimos de debajo del agua.
Feminismo y agua salada.

martes, 7 de junio de 2016

Lola Roca XCVII

Lola Roca aunque biológicamente tenga mucha más edad de la que aparenta, realmente nunca ha salido de los diez años.
Igual que nunca ha salido de su ciudad natal al volver del internado.
Lola Roca fue criada en esa época en la que todas las niñas con cualquier tipo de diversidad funcional eran enviadas a un colegio de monjas.
Así, Lola Roca aprendió a leer la letra que con sangre entra.
A Lola Roca no le vino la regla hasta los 23 años y aunque ya anda menopáusica pérdida, aún cuenta con dolor como una monja la llamaba "machorra" por no haberse desarrollado cuando el resto de compañeras ya tenían su regla, como dios manda.
Tras su etapa en el internado volvió a su casa, pero ya nada era igual a como lo dejó: sus hermanas se marcharon para sólo venir en Navidad y Semana Santa y cuando su madre y su padre se marcharon para no volver, sus hermanas empezaron a dejarla sola las fiestas de guardar.
Antes incluso de sentirse tan sola, Lola Roca empezó a hacer lo que no le habían dejado hacer de pequeña: empezó a jugar con muñecas y a ver dibujos animados a todas horas.
Quien no la conozca sólo verá un síndrome de Diógenes mal gestionado, pero, en verdad, Lola Roca se pasa el día jugando.
Está siendo en la vejez la niña juguetona que no la dejaron ser.
Baños del Carmen, Málaga, junio 2016.


miércoles, 25 de mayo de 2016

Lola Roca XCVI

Lola Roca sigue respirando hondo, aprendiendo a gestionar la taquicardia que a veces da la vida.
Creció con la idea de que los hospitales huelen mal, pero ya sabe que no es así.
Nada más lejos de la realidad: los hospitales huelen a vida.
Huelen a personas que acuden para mejorar, personas valientes, que en el modo que sea, necesitan ayuda para el tránsito por su enfermedad.
No hay nada más humano que la sala de espera de un hospital.
Ahí se respiran todas las emociones que Lola Roca hubiese podido imaginar...
La sala de espera de un hospital la reubica. Por eso, Lola Roca se sacude tonterías del pelo.
Así, con esas coordenadas, Lola Roca se halla en la soledad más absoluta, que supone la distancia entre ella y esa camilla.
Si controla su vértigo, puede ver la vida en cada suspiro eterno de aliento contenido.
Lola Roca siente intenso, siente abrirse en su interior fosas abisales, cataratas, precipicios... todo fenómeno geológico es loable.
Es una energía muy fuerte la que hay, de la que le nubla la cabeza, entonces Lola Roca se trenza el pelo.
Es una energía densa, de preocupación y tranxilium, de nervios y desazón, de guardar ese volante y de vuelva usted mañana, para la siguiente prueba de fe, con su esperanza en el bote.
Lola Roca sale de ese estado de ensoñación para volver a esa vida real que no se paró en su ausencia.
Lola Roca no tiene muy claro si, además de la inercia,hay algo más que (la) espera.
Amapolas silvestres de Toledo, mayo 2016.

martes, 3 de mayo de 2016

Lola Roca XCV

Lola Roca ha tirado todos los bolígrafos secos que tenía para no destinar más tinta a causas perdidas.
Están cambiando sus crisis existenciales, está descubriendo nuevos significados a la palabra profundidad.
Algunos de sus abismos eran embusteros, Lola Roca ahora ya sabe medir las distancias, las largas y las cortas. Ya no la engañará más el falso suelo.
Lola Roca ha cambiado su forma de mirar, así que ya no tiene vértigo.
Abrir la mente, es como cambiar de paradigma, ampliar horizontes, conducir con retrovisores, ensanchar el alma, meditar…todo suma para que Lola Roca capte más magia en su mirar.
Dice un proverbio chino que el maestro llega cuando el alumno está preparado, para Lola Roca la maestra se llama terapia visual, y preparada o no, ella está subiendo la resolución, a cada paso, a  cada ejercicio, a cada instrumento…como subiendo el volumen pisando el acelerador.
Lola Roca mantiene muchas conversaciones con la niña que fue, esa que usaba parche, a la que le daba miedo correr, esa a la que dilataban las pupilas cada dos por tres. Juntas se abrazan, por lo valiente que fue, porque crecer sin ver bien está mal visto le tocó disimular, no lo tuvo nada fácil, pero lo hizo muy bien por muchas puertas donde se enganchase o paredes donde se golpease.
Lola Roca llora escribiéndose y se mira en todos los espejos porque ahora, ya de adulta, se ve muy bien.

Lola Roca no quiere pararse, ni tener un solo punto de vista , ella quiere nueve o diez.
Dibujo con poema de Federico G. Lorca, enviado a la cárcel de Logroño, a Arnaldo Otegi en julio del 2015.

lunes, 14 de marzo de 2016

Lola Roca XCIV

Lola Roca Gaviota

Quiero presentaros a Lola Roca Gaviota, Lola Roca Gaviota está muerta.
La foto es en la playa de la Malagueta, un día primaveral casi veraniego de estos que el clima en Málaga regala, la playa estaba llena de gente en bikini y bañador, tomando el sol, comiendo, tranquilamente, disfrutando de estos lunes al sol tan andaluces.
La foto es de hoy, 14 de marzo del 2016 sobre las 14’00 horas, lo sé porque le estuve haciendo fotos a Lola después de llamar por teléfono:
Captura de pantalla de mi teléfono.

Como hacía muy buen día, Tina (mi perra de 4 años) y yo nos hemos ido a pasear por la Malagueta porque a las dos nos gusta mucho esa playa aunque siempre esté llena de mierda, porque como no somos de aquí no nos da asco y es la playa más cercana desde casa, para ir las dos andando.
Nada más llegar a la arena, (me estaba terminando de descalzar), una mujer muy educadamente se me ha acercado preguntándome si hablaba inglés, oh my god! pues tengo el That’s English muy oxidado, pero tenía cara de necesitar comunicarse, así que nos hemos entendido a la perfección, porque el lenguaje del alma es universal.
Llevaban, ella y su marido, un rato cuidando de Lola Roca Gaviota, que la pobre estaba con un ala más pa’llá que pa’acá, nadie les ayudaba, no sabían qué hacer y al vernos a Tina y a mí ha venido directa. Su marido estaba a unos cien metros dándole sombra a Lola Roca Gaviota.
¿Y qué hacemos? Pues pedir ayuda…así que primero he llamado al 112, donde la respuesta ha sido que quien se encarga de recogida de animales es la policía local, el 112 no.
Bien, pues he llamado a la policía local y la policía local de Málaga nos ha dicho ¿¿¿una gaviota??? No es su competencia, eso tiene que ser el centro zoosanitario, le he pedido el teléfono. El centro zoosanitario no nos cogía el teléfono, mal augurio, a la segunda llamada han escuchado la situación y nos han dicho que no se hacen cargo de recoger aves a no ser que estén en peligro de extinción. Ante nuestra desesperación, insistencia y frustración (iba traduciendo todas las llamadas a mi básico inglés) nos ha dado otro teléfono, esta vez un 900 de competencia municipal. Allí han escuchado nuestro peregrinaje telefónico y  nos han confirmado lo que ya sabíamos, no es competencia de ningún organismo público recoger a una gaviota moribunda de la playa.
Tina escarbaba un hoyo inmenso tirándonos la arena en los pies y nosotras no sabíamos que más hacer…he guardado el teléfono, con mucha pena hemos ido hacia Lola Roca Gaviota y el marido de, ya, mi compañera del alma. El matrimonio es vegano y estas cosas en Berlín así no pasan, Spain is different, olé olé, espero que lo cuenten a todxs sus contactos.
Lola Roca Gaviota era una hermosa gaviota, me han dicho que tenía un ala rota y que le habían estado dando agua, pero que se estaba apagando por momentos era algo obvio. Eran casi las 14’30 cuando Tina y yo nos hemos ido, hemos decidido no mover a Lola Roca Gaviota, dejarla morir ahí, porque no conocíamos centros veterinarios de urgencias cerca de la Malagueta y tampoco ya estábamos segurxs de que fueran a socorrerla o si quiera querer atenderla. Ellxs se iban a quedar a acompañarla, Tina y yo nos hemos tenido que ir porque trabajo de tarde.
La playa estaba llena de gente, algunas personas nos miraban, unas con curiosidad, otras con indiferencia, nadie ha venido a ofrecer ayuda. La indiferencia ante Lola Roca Gaviota era total, había gente masticando un bocadillo (probablemente de otro animal muerto) mirando como Lola Roca Gaviota se iba muriendo lentamente.
Mi compañera del alma ha dicho algo que me ha llegado al corazón: que eramos lxs únicxs normales de toda la playa. Y tenía toda la razón, no es normal que la muerte en vivo y en directo de un ser vivo te dé igual, no es normal que no haya organismos públicos competentes para estos casos, no es normal que nadie haga nada, normal no es.
Lola Roca Gaviota era un pájaro, todos los seres vivos nacemos para morir y ella ha tenido que morir por inanición social.
 Pero lo realmente triste de esta historia es que, probablemente muchas de las personas que estaban hoy en la playa y que no han hecho nada por Lola Roca Gaviota han firmado el change.org para salvar el Amazonas o el Ártico o para proteger el hábitat del oso pardo o del lince ibérico o del águila real, e incluso habría alguna socia de Greenpeace…pero Lola estaba ahí al alcance de su mano y no les ha importado nada.  
El inmovilismo, la indiferencia hacia el dolor ajeno, la falta de empatía, la negación de auxilio, la falta de cobertura pública, la ausencia de ética social y de solidaridad…eso sí que no es normal.

Lola Roca Gaviota al irme.
Volviendo a casa, me preguntaba qué tipo de prioridades nos rigen…yo me he ido para no llegar tarde a fichar en un trabajo con unas condiciones paupérrimas en cuanto a reconocimiento, precariedad y remuneración...Lola ya habrá muerto, pero nos he prometido que escribiría y difundiría su historia, así que, gracias por leer y compartir. Hasta siempre Lola Roca Gaviota.

sábado, 5 de marzo de 2016

Lola Roca XCIII

Lola Roca no se ríe de chistes machistas, ni racistas, ni si quiera de los chistes de bolleras y maricones… ¿de qué se reirá esta tía?
No le hacen gracia los chistes verdes, ni los comentarios sexistas hacia niñas que acaban de estrenar su primer sujetador ¿qué coño le hará gracia a Lola Roca?
A Lola Roca, además, es muy difícil tenerla contenta a la hora de comer porque es que no come de nada. Ya era rarita pero de un tiempo para acá es que está imposible, que si esto lleva huevo, que si los bebés cerditos se traumatizan al ser destetados, que si las vacas lecheras sufren esquizofrenia, que si el calcio de las gallinas ponedoras…con lo rico que está el jamón, ¡qué petarda!
Lola Roca es que ya ni sale, bueno me dijeron que la vieron la otra noche en ese antro donde trabajaba antes tomándose una sin. Eso me han dicho, pero para tomarse una sin, mejor que ni salga, la verdad.
Lola Roca ahora madruga todos los días aunque trabaje de tarde.
Le ha dado por estudiar una cosa de esas raras que es medio secta, no tengo ni idea de lo que es, pero no me da buena espina. Algo de yoga pero que hacen cosas muy extrañas, en plan “ommm”, que si meditación y tal, ya te digo que no sé lo que estudia pero algo así muy raro, que no sé que es, pero no me gusta.
No va conmigo, ¿te vas a terminar ese chorizo? pídeme otra copita y dame un cigarro, anda.
Lola Roca siempre ha sido muy de causas perdidas en plan ayudar a las palomas y decir que las ratas eran monas, pero vaya…es que está…

Lola Roca está más ubicada que nunca y sigue riéndose mucho, aunque su sentido del humor sea…”otro”.
Pokhara,Nepal, junio 2012.
Nota de la autora.-tengo el blog muy aburrido, lo sé, pido perdón. Estoy escribiendo de manera remunerada para una empresa, entonces Don Dinero me tiene coartada las Lolas, pero volveremos a la carga. Gracias por preguntarme y animarme a que siga con este blog por amor al arte y a todas mis Lolas. Amor y letras!

viernes, 8 de enero de 2016

Lola Roca XCII

Lola Roca es una incomprendida. 
Rebelde sin causa, la llaman, pero realmente, le sobran los motivos para desobedecer. 
Raro es el día que no escucha “cosas de la edad/es una etapa difícil/ya lo comprenderás/…” ella lleva viviendo toda una vida difícil o su etapa es muy larga o la dificultad no la dejará con los cambios de estación.
Lola Roca se salta las normas para hacerse respetar. 
No es casualidad que en su barrio fuese una de las primeras en empezar a fumar…ganas de hacerse notar, esas pintas que lleva, es todo un ejemplar, la mala influencia, la amiga que no quieres que tu hija invite a merendar… A Lola Roca no le molesta, incluso le llega a gustar. 
No es afán de provocar, es sentirse valorada aunque sea para mal, alguien la hace caso aunque sea sólo por criticar.
Son las 00’30 de la noche de un martes laboral cuando Lola Roca sale de casa de un portazo. Lleva en el bolso tabaco, china, papel, mechero, fracaso escolar, móvil con whatsapp sin saldo, las llaves de la casa y dos recetas de ansiolíticos que su madre le manda a estas horas a buscar. Sólo sabiendo esto, se explica cómo y porqué le cuesta tanto madrugar, no había farmacias de guardia hasta lejos y más allá.

Mañana en el instituto Lola Roca se encargará de contar que estuvo trapicheando con “pastis” hasta casi las dos de la madrugada. 
Lo que no confesará es que otra vez tuvo que acostar a su hermano pequeño tras bañarle y darle de cenar,… ni que su madre cada día está más lenta y le cuesta casi hablar…ni que su padre la sigue sin llamar.
Árbol para abrazar del Parque natural de las Torres del Paine, Patagonia chilena, enero 2015.