Lola Roca es de
las que cambia las sábanas una vez a la semana, de vez en cuando se permite no
hacerlo los domingos.
Lola Roca parece
una ardilla al sonreír y eso le hace mucha gracia.
Lola Roca tiene
a la familia al norte, ella está orientada al sur.
Así, de vez en
cuando, Lola Roca llora de nostalgia por su frío natal aunque se sabe
afortunada de vivir en su extraordinaria tierra.
Lola Roca lleva
frases en su lengua natal sobre la piel. Es capaz de leer, escribir, pensar y
expresarse en muchos idiomas pero, a pesar de todo, a veces, siente que nadie
la entiende.
Lola Roca es
incapaz de manifestarse en multitudinaria procesión cuando siente que se le
desborda su lucha interna.
Lola Roca ha
cambiado sus monturas para enfocar la vida y ahora se le ven los ojos más
azules.
Lola Roca es
adicta a las series de intriga, también a las películas malas que empiezan con
una casa con jardín. Ella se quiere casar, por eso se cura los desamores.
Cuando Lola Roca
está en crisis cambia su santo y seña en sus redes sociales.
Lola Roca está
escalando y escalándose.
Lola Roca está
cultivándose mucho, interiorizando y exteriorizando el “mens sana in corpore
sano”. Lo hace a base de licuados, correr hacia adelante, asanas y reiki.
Lola Roca busca
el equilibrio, busca el crecimiento armónico de su personalidad.Y ya no hay
quien la pare.
Puerto Natales, Patagonia chilena, diciembre 2014. |
Tevi m¬ilu!