Lola Roca tiene mucha ropa con
motivos marineros porque en otra vida fue irlandesa, de ahí le viene el
pelirrojo y el aguante al alcohol y al frío.
Lola Roca necesita sentir seguridad
fuera de su zona de confort, por eso se pone anclas cerca del corazón.
Lola Roca inteligente, curiosa y
siempre con ganas de absorber conocimiento se ve, de pronto, en terapias
grupales que en principio iban a ser ensayos teatrales. Nada pasa por
casualidad, son señales de que su profesión la necesita como el agua de mar a
la sal.
Lola Roca va abriendo cajones,
armarios y toda clase de muebles. Entre todo este nuevo mobiliario de ternura,
combinaciones y compenetración, Lola Roca se siente más anclada al amor que
nunca.
Se le mezcla la danza clásica con el fonendo.
Lola Roca lejos de perder el norte
va a surcar muchas olas para poder emigrar el corazón al sur.
Lola Roca como la espuma de mar de
en verano, es de pies fríos y corazón
caliente, ha recorrido más de medio mundo en chanclas llegando a todas las
orillas.
Los ojos avellana de Lola Roca han
visto muchas entradas y salidas del sol en horizontes de distintos continentes.
Lola Roca, alma viajera, pura
generosidad, comparte amaneceres por whatsapp con su mejor amiga, ahora en
distintas latitudes pero más unidas que nunca, de norte a sur.Ella le guardará la ropa de abrigo
y Lola Roca seguirá mandándole postales y guardándole versos hasta su próximo encuentro.
Lola Roca salada norteña,
sensibilidad artística, mirada fotográfica y sabiduría freudiana.
Lots of love.
La Manquita, Catedral de Málaga, mayo 2015. |