miércoles, 27 de mayo de 2015

Lola Roca LXXIX

Lola Roca tiene mucha ropa con motivos marineros porque en otra vida fue irlandesa, de ahí le viene el pelirrojo y el aguante al alcohol y al frío.
Lola Roca necesita sentir seguridad fuera de su zona de confort, por eso se pone anclas cerca del corazón.
Lola Roca inteligente, curiosa y siempre con ganas de absorber conocimiento se ve, de pronto, en terapias grupales que en principio iban a ser ensayos teatrales. Nada pasa por casualidad, son señales de que su profesión la necesita como el agua de mar a la sal.
Lola Roca va abriendo cajones, armarios y toda clase de muebles. Entre todo este nuevo mobiliario de ternura, combinaciones y compenetración, Lola Roca se siente más anclada al amor que nunca. 
Se le mezcla la danza clásica con el fonendo.
Lola Roca lejos de perder el norte va a surcar muchas olas para poder emigrar el corazón al sur.
Lola Roca como la espuma de mar de en verano, es de  pies fríos y corazón caliente, ha recorrido más de medio mundo en chanclas llegando a todas las orillas.
Los ojos avellana de Lola Roca han visto muchas entradas y salidas del sol en horizontes de distintos continentes.
Lola Roca, alma viajera, pura generosidad, comparte amaneceres por whatsapp con su mejor amiga, ahora en distintas latitudes pero más unidas que nunca, de norte a sur.Ella le guardará la ropa de abrigo y Lola Roca seguirá mandándole postales y guardándole versos hasta su próximo encuentro.

Lola Roca salada norteña, sensibilidad artística, mirada fotográfica y sabiduría freudiana.

Lots of love.

La Manquita, Catedral de Málaga, mayo 2015.

jueves, 14 de mayo de 2015

Lola Roca LXXVIII

 
A Lola Roca se le caen las persianas.
Lola Roca sufre de sueño inducido constante. Aprovecha cualquier momento para evadirse,vive con el cansancio en el pecho enredado en sus costillas.
La nebulosa que lleva prendida en el pelo se le posa en los ojos como un flequillo demasiado largo. Por eso, Lola Roca vive muchos ratos difuminada.
Dicen que Lola Roca antes insultaba sin ton ni son, en voz alta y sin discriminar a quién, dónde, cómo y porqué. Dicen que es que estaba desquiciada. Ahora, Lola Roca, lejos de aquel desquicie, tiene todos sus quicios dentro, clavados tan profundo que le separa un abismo blanco de la realidad.
Lola Roca toma medicación de caballo para que sus riendas no estén sueltas. Lola Roca no puede galopar y de vez en cuando se ensoña en un parpadeo. Hay ratos en clase en los que tiene que luchar para mantener los ojos abiertos.
Lola Roca está domada a base de soledad y fármacos, se autodefine como de naturaleza triste porque se ve con la mirada muy perdida...ahí, lejos...en su neblina.
Lola Roca tiene que reaprender a sonreir lidiando con las benzodiazepinas porque su medicación la ha traído aquí para quedarse.
Lola Roca vive entre algodones que quiere rasgar con sus cuchillos porque extraña lo cortante de la vida.
A ella le gusta lo visceral, la sangre, los fluidos y a través de su particular nieblina envolvente no le llega bien el olor a vida y a muerte.
 
Lola Roca es parca en palabras porque está devorada por la anulación y la somnolencia mental. Se siente vacía, blanca y blanda, como la conversación de un ascensor, aunque no sabría definirse
 
 

Casa de Arjun Tiwari, Nepal, mayo 2015. #PrayForNepal

viernes, 8 de mayo de 2015

Lola Roca LXXVII

Lola Roca sufre de una sensibilidad desbordante que la acompaña como su sombra, desde siempre y para siempre. A veces, le aporta luz, otras no, pero ya no es insoportable,

Ha intentado esconderse, huir a extraños páramos de no sentir nada… pero es incapaz. Lola Roca volvía a golpearse con las mismas rejas.

Harta de lucharse, comenzó un trabajo de aceptación y aprendizaje.

Así, Lola Roca buscando grupos de iguales en vez de salidas de emergencia consigue que la hagan volar en noches de ensayo.

Lola Roca es de ceras pastel, shows emocionales que se cuecen en Puchero* y por supuesto, ella es de papel y lápiz en mano, como descubrió en la otra punta del mundo, cuando más al sur no podía estar.

Por fin, Lola Roca se permite tener las manos y la boca libres, así da bocados y manotazos cuando le viene en gana, como le da la gana y a quien le da la gana.

Lola Roca siempre quiso ser artista, desde pequeña, pero su familia lo dejó en cosas de cría. Por eso, la apuntaron a una academia de inglés en vez de a una de expresión corporal. Con esas paradojas se forjó Lola Roca.

 Como le cuesta llorar hay épocas de su vida en que le salen ronchas, le brota por toda su piel un escozor insoportable, síntoma de una ansiedad mal gestionada o de unos nervios desbocados.
Lola Roca necesita agua salada porque no sabe si tiene sarna o este nuevo escozor es señal de un enamoramiento que se le ha personificado con pestañas rectas o ambas cosas.

Lola Roca duerme menos de lo que debería pero hacer el amor y el arte trasnochando alimenta más que el miedo a estar demasiado cansada en su diaria jornada laboral.

Ni el arte ni el amor le dan aún de comer pero tiene el alma sobrealimentada. Y es que, como los picores a Lola Roca se le escapan las ganas por todos los poros.

Amor, arte y gratitud. A todas las personas que confían en mí.

Muro de Berlín, febrero 2014, Alemania.





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