viernes, 5 de junio de 2015

Lola Roca LXXX

Lola Roca hay días que se siente tan incomprendida que sólo tiene ganas de golpearse la cabeza contra la pared.
Esa maldita pared.
Hay momentos, en los que la desadaptación, el descontento social y la impotencia la tragan, como ahora...
¿Cómo Lola Roca podría explicar que no le hagan gracia ciertas bromas? ¿Qué le parezca injusto que ella sea la violenta cuando lo único que ve es abuso patriarcal?
Lola Roca tiene ganas de salir corriendo, está aburrida de tener que dar las mismas explicaciones.
Se rompió el amor.
Se cayó la venda.
Se encendió el fuego, cenizas al viento.
La última vez que a Lola Roca le rompieron el corazón sólo había libélulas a su alrededor, ahora echa a las polillas fuera del cuarto.
La libélula salió volando, a la polilla la aplastó y aún con vida la arrojó por la ventana.
A Lola Roca le da igual que nadie entienda nada o tal vez no, o tal vez si que quiera seguir compartiendo almohada...
Le zozobran opiniones alrededor de la bombilla.
Lola Roca sólo quiere hacer lo que le de la gana.
Se le fundió algún plomo ante tanta determinación.
La Wolf golpea sus piernas y su conciencia, hasta el coño de la indefensión aprendida, del callarse, del asentir y del trabajar para subsistir.


Madrid, fotografía de Claudio J. Andrada, mayo 2015.

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