Lola Roca es una línea perpendicular al suelo.
Lola Roca a veces mira pero no atiende cuando
siente que a su alrededor son todo intersecciones, líneas perpendiculares y
subyacentes.
Lola Roca a menudo se percibe a sí misma como
una imagen vectorial sobre un paisaje pixelado.
Lola Roca es fuera de lugar cuando siempre
nota que encaja.
Lola Roca tiene la proporción aurea
descansando en su cráneo, son los remolinos de su cuero cabelludo esta medida
universal. Lola Roca lo descubrió hace años cuando empezó a raparse la cabeza.
Hay quien ha empezado a observarla y no es
capaz de aguantar la emoción de tenerla frente a frente, Lola Roca se siente
alagada pero sigue sin querer creerse necesitar otro amor convergente.
Lola Roca que superó el miedo a la soledad,
ahora se ve con miedo a volverse a enamorar. Cuando esto le pasa, el
inconsciente, las redes sociales y el teléfono móvil le juegan malas pasadas.
Lola Roca, de nuevo, vuelve a tener dudas en
sus trazos vitales.
Lola Roca describe una línea cóncava y convexa
a la hora de plasmar sus decisiones, paradojas de dibujar con la geometría
desnuda de la vida.
Lola Roca proyecta su incertidumbre
existencial en cada elemento geométrico que tiene que esbozar.
Desde una perspectiva astronómica Lola Roca,
igual que el Sol, describe una línea curva, su propia eclíptica, que de vez en
cuando cuadra con la línea recta vital que le
aconsejan debería de llevar.
Muro de Berlín, Alemania, Febrero 2014. |
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