jueves, 11 de diciembre de 2014

Lola Roca LXIV

Lola Roca está becada por segunda vez, cambiará sus aulas por un trabajo de campo a más de diez mil kilómetros de aquí. Pero lo más lejos que ha estado nunca de su propia persona es ahora mismo.
A Lola Roca se le amontona la ansiedad igual que los pelos de su gata debajo de la cama.
Lola Roca no se encuentra en paz ni entre las sábanas.
Lola Roca busca en el laberinto de su desasosiego...
Se sorprende al buscar preguntas a unas respuestas fisiológicas que la tienen perdida, fuera de control, como el semen cuando se rompe un condón.
Lola Roca lidia con la ira hacia si misma.
Intenta perdonarse que le dé coraje tanta frustración ante su respiración entrecortada.
Lola Roca se esconde.
Ella sabe que sola está mejor.
Lola Roca a veces tiene que cruzar un abismo para ir de su cuarto al salón.
El arte de disimular se le empieza a no dar tan bien como pensaba.
Para Lola Roca ahora es invierno en todas partes sin haber llegado al solsticio si quiera, pero también sabe que a partir de esa fecha los días empiezan de nuevo a alargarse.

Lola Roca en búsqueda de su sanación y de la luz natural.

Fotografía de Susana García, Rio De Janeiro, Brazil, 2014.

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