martes, 18 de noviembre de 2014

Lola Roca LXI



Lola Roca tiende sus intimidades en azoteas blindadas por gaviotas, campanas y pisto recalentado los domingos, con sus amigas, a la hora de comer.
A Lola Roca le cuentan muchas historias, en todas partes y en cualquier momento, pero al sol ella escucha mejor.
Lola Roca tiene en la memoria renglones torcidos, frases inacabas, oraciones transitivas, párrafos alineados y sonetos descompasados.
Lola Roca tiene unas ganas de aprender que no puede con ellas.
Es de las que suele aburrirse en clase porque con tanta letra en su cabeza se siente descompasada con la metodología docente del copiar-pegar.
Lola Roca se evade buscando estímulos, a veces los encuentra y a veces vuelve de su particular viaje aún más aburrida...
A Lola Roca los más de lo mismo siempre la han frustrado.
Su mejor amiga le contó un día revolucionario que enamorarse suena a ópera, pero Lola Roca nunca ha mudado de piel a escala musical.
Nunca se le ha metido una clave de sol en su interior, aunque ha sentido el amor como música de fondo. También ha tenido días de vivir con banda sonora, pero jamás fue ópera.
Lola Roca busca darle música a tanto escrito mental como tiene en la cabeza, cada día más consciente de que la música clásica reside sólo en ella misma.
Lola Roca relativiza conceptos. Se está entonando “buscando el verso”*.
 
Mar Mediterráneo, pino y cielo, Málaga, Septiembre 2014.

*“Estoy buscando el verso que me ayude a salir del olvido” Rapsusklei, Cuando caiga la noche: https://www.youtube.com/watch?v=zv0hy1bn7nA

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