Lola Roca sabe que la realidad
supera la ficción, por eso filmaría todo con una cámara de vídeo.
Tiene el estómago de una forma distinta al resto, por eso, a lo mejor percibe el mundo así.
Tiene el estómago de una forma distinta al resto, por eso, a lo mejor percibe el mundo así.
Lola
Roca ve la vida como una gran pista de baile en la que tiene que ir
cambiando de escenario y pasando de pantalla.
A
Lola Roca quieren echarle en la espalda una ansiedad que no le
corresponde...sobre su larga espalda...a ella, que sólo lleva ahí
la palabra amor.
Por
eso, Lola Roca sufre esos brotes de auto-castigo aunque ha
prometido espantarse las nubes negras.
Las
pretensiones le hacen cotana.
Lola
Roca sólo quiere vivir sin reloj ni horario, para poder dedicarse a
crear, pero ese lastre que es la culpabilidad se lo impide.
Lola
Roca es adicta a la glucosa, moja las galletas de par en par y es de
tres de azúcar y mucho Cola Cao. Da besos dulces y tiene esa mirada
tan inocentemente tierna, aunque a veces le amarguen las vistas.
Lola
Roca hace y deshace maletas con esa rapidez que da la práctica,
aunque llore con el equipaje desparramado, siempre viaja para
aprender.
Acaba
de cruzarse en su camino una persona que le da la mano.
Ha sido un cruce de caminos de esos que cuando se piensan hacen sonreír y hacen sentir cosquillas en ese mismo estómago, que a veces le duele a Lola Roca.
Ha sido un cruce de caminos de esos que cuando se piensan hacen sonreír y hacen sentir cosquillas en ese mismo estómago, que a veces le duele a Lola Roca.
Playa de La Malagueta, Mayo 2014. |
Gracias
por hacerme cantar.
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