Se ha dado alguna hostia de bruces y algún que otro traspiés, pero se puso recta. Se sacudió los vértigos y se propuso aprender a galopar.
Lola Roca sin riendas.
Lola Roca libre, como las yeguas.
Lola Roca ve lo sanador en todas las artes, por eso quiere ser infinito-terapeuta.
Como es muy tenaz lo que se propone lo consigue, porque en intentarlo está el verdadero logro.
Lola Roca va tocando la guitarra, adoptando cachorros, sintiendo la magia de los pies de dos centímetros, compartiendo tardes octogenarias debajo de cerezos... Lola Roca así está, dejándose la melena y las uñas largas, nutriéndose de psicoanálisis y filosofía universal. Ella lo sabe, tiene un don con las plantas.
Lola Roca desbocada y encauzada, sonríe.
Lola Roca que ha disfrutado de los colores africanos y le han dado caramelos monjes budistas en una estupa en Katmandú, se siente más pletórica que nunca en su aquí y ahora.
A Lola Roca le están fabricando al Sur un palo de lluvia casero.
Lola Roca al trote y al galope, fuerte, segura, valiente y brava.
Bicis, macetas y Pepa, Terraza de Nico, Málaga, mayo 2014. |
A mi Tata, sangre de mi sangre. Por todo y siempre, gracias.
Eterno amor!
ResponderEliminarEterno e incondicional <3 amor de hermanas!
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