A Lola Roca le da pereza hablar con personas desconocidas y se emboba
con las flores.
Lola Roca es de largas rastas, muchos pendientes y cielo alrededor de
las pupilas.
Emigró y ahora no quiere ni volver, ni más inviernos fríos.
Siente el horizonte diáfano que tiene enfrente como una gran oportunidad
y como un gran abismo. A lo mejor, de ahí le viene algún rato de insomnio.
A Lola Roca le apasionan los cactus, porque ve en sus espinas la
fragilidad que llevan dentro.
Usa las manualidades y los dulces como válvula de amor, escape y
vocación, no siempre a la vez, ni en el mismo orden.
Es tan sensible que dice de ella misma que lleva una coraza de piedra. Es
Lola Roca, la mujer de la armadura oxidada por tanto lloverle.
Lola Roca es frágil y fuerte, es una canción de rap con mensaje de que
hay que prosperar.
Lola Roca es esperanza en la primavera, es sueños por venir pedaleando
una cuesta arriba en una bici con cesta.
Tiene un mundo interior tan vasto e inabarcable que, de vez en cuando, tiene que recordarse salir al exterior para no perderse entre sus recovecos.
Lola Roca está cuidándose, para facilitarse las salidas.
Parque berlinés, febrero-marzo 2014. |
Espero que encuentres pronto esa señal, Ich liebe dich!
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