lunes, 19 de mayo de 2014

Lola Roca XXXIX

Lola Roca sabe que la realidad supera la ficción, por eso filmaría todo con una cámara de vídeo. 

Tiene el estómago de una forma distinta al resto, por eso, a lo mejor percibe el mundo así.
Lola Roca ve la vida como una gran pista de baile en la que tiene que ir cambiando de escenario y pasando de pantalla.
A Lola Roca quieren echarle en la espalda una ansiedad que no le corresponde...sobre su larga espalda...a ella, que sólo lleva ahí la palabra amor.

Por eso, Lola Roca sufre esos brotes de auto-castigo aunque ha prometido espantarse las nubes negras.

Las pretensiones le hacen cotana.

Lola Roca sólo quiere vivir sin reloj ni horario, para poder dedicarse a crear, pero ese lastre que es la culpabilidad se lo impide.

Lola Roca es adicta a la glucosa, moja las galletas de par en par y es de tres de azúcar y mucho Cola Cao. Da besos dulces y tiene esa mirada tan inocentemente tierna, aunque a veces le amarguen las vistas.

Lola Roca hace y deshace maletas con esa rapidez que da la práctica, aunque llore con el equipaje desparramado, siempre viaja para aprender.

Acaba de cruzarse en su camino una persona que le da la mano. 

Ha sido un cruce de caminos de esos que cuando se piensan hacen sonreír y hacen sentir cosquillas en ese mismo estómago, que a veces le duele a Lola Roca.

Playa de La Malagueta, Mayo 2014.




Gracias por hacerme cantar.

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