Lola Roca de talla M y mediana edad. Se sacude, mirándose al
espejo, las reminiscencias de una bulímica juventud que todavía la acechan, como
las sombras en la penumbra.
Ya no termina sus comidas wáter abajo con lágrimas y arcadas,
pero esas sombras a veces se aferran a Lola Roca: son su personal y secreto
lastre.
Por eso, Lola Roca, algunas veces, anda tan despacio. Cada
paso le supone un esfuerzo extraordinario. Hay días que las sombras pesan más
que otros, pueden llegar incluso a cortar la circulación de sus tobillos. Son
días de gangrena, ansiedad, insomnio, taquicardia, tranquimazín y de encender
todas las luces.
Las sombras
inseparables pueden lograr que con cualquier movimiento Lola Roca se odie por tener
que avanzar tan despacio.
También hay días en que consigue quitárselas de encima con
una simple sacudida de cabeza. Ahí, anda ligera y expectante huyendo de
cualquier apagón o sitio mal iluminado, cualquier precaución es poca.
Lola Roca saborea orgullosa esos
momentos en que puede seguir adelante y sentirse libre. Paso a paso, tal vez,
algún día esas sombras sólo sean su lastre fantasma…Lola Roca se está
permitiendo tirar hacia adelante sin tirar de la cadena.
*Foto de mi hermana, Albarreal de Tajo, Toledo, 2013.
Muy bueno!
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