Lola Roca tiene un gran problema con las tablas de
multiplicar, se las empezaron a explicar justo después de que decidiese dejar
de entender nada, así que por eso no le entran.
Lola Roca está en edad escolar, nada más y nada menos, con
las matemáticas atragantadas, igual que ese nudo en la garganta que no puede
tragar.
Y es que a Lola Roca nadie le ha explicado como digerir la
pérdida de un ser querido, los cambios bruscos, o la sensación de abandono…
Normal que no preste atención al seis por ocho o al tres por siete.
Lola Roca sólo sabe que no quiere aprender nada que le
cuenten relacionado con multiplicador, dividendo y divisor, no quiere aprender
nada sobre propiedades conmutativas, ni quiere estar en una casa que no es la
suya, ni viviendo del colegio a la clase de apoyo extra-escolar.
Lola Roca pasa sentada más de seis horas al día frente a un
cuaderno de cuadros, cuando realmente lo único que tiene a cuadros es su alma,
que no entiende nada.
Lola Roca tiene una tristeza muy grande en el estómago, de
esas tristezas que te suben sabor amargo al cielo del paladar…es que aún no se
ha acostumbrado a que la señalen como la nueva huérfana cada dos por tres.
No se acostumbra a
que sea prioritario el estudiar a elaborar su duelo…cosas de la infancia… cosas
del fracaso vital, digo escolar.
Gracias de corazón a esa profesora de extra escolares que me contó la historia de esta Lola Roca.
Málaga, julio 2016. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario