Lola Roca se siente sin huecos vacíos, empieza a permitirse ir despacio.
Está aprendiendo a aceptar que no todo el mundo sabe responder a sus echares de menos. Sigue pecando de intensa, de ser el superlativo emocional ante causas perdidas, pero las ha aprendido a desechar.
Lola Roca baila con la frustración, sorteando falsas promesas y relojes a deshora.
Los silencios arrítmicos ya no marcan su compás.
Con mucha ayuda compredió que las relaciones tienen que ser entre iguales y que no quiere hacer más de buque salvavidas.
Lola Roca se tragó esas ganas de gritarle "te quiero" y tras digerirlas, las cagó.
Ella ya hizo su trabajo.
Lola Roca suelta lastre, baila hacia adelante. Se quiere, se cuida, se respeta, se escucha activa(corazón)mente.
Lola Roca se nutre de literatura feminista, de ensayos, de poesía,... Le vuelven libros que disfruta regalando y recibe, sin duda alguna, mucho más de lo que da.
Le escriben en una etiqueta "Prendimi l'anima"* y acepta sonriente toda buena recomendación. Pega ese consejo con imanes en mitad del salón.
Lola Roca tiene versos por la casa, consciente de que detrás de letras tristonas, que a veces le brotan del boli, hay más luz de la que parece.
En la plaza del reloj parado brilla en sol.
Lola Roca se sacudió aquel mareo al que empezaba a acostumbrarse para avanzar con un equilibrio sano por su calle.
*"Cógeme el alma" película italiana.
El Chorro, Málaga, Noviembre 2013. |
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