Lola Roca tiene el pelo muy largo porque dejó de peinarse.
Ella aprovechó sus enredos mentales para hacer sus ideas
realidad, ahora lleva rastas.
Lola Roca respira hondo y tal vez fume demasiado, porque le
entra la tos cuando está triste.
Encuentra la calma tocando el bajo, escuchando a los Ramones
y escribiendo canciones.
A Lola Roca le da igual de donde vengan las letras, todas le
salen bien, encuentra inspiración en las grietas de cualquier escalón y en los
tallos de cualquier mala hierba.
Lola Roca es de acá y de allá, tiene familia en todas
partes, a ambos lados del Atlántico, por eso ve brotes de vida en esquina.
Aunque esté en el paro, puede que Lola Roca esté más en
movimiento que nunca, avanzando a buen ritmo, ganando acordes y aprendiendo que
en la resistencia está la victoria.
De la tenacidad al escenario, Lola Roca está destinando su
tiempo a ensayar en azoteas y a fumarse las puestas de sol.
Lola Roca marujea la mar de bien, cada vez crea mejor.
Hogar de amor y luz, Jeréz de la Frontera, agosto 2016. |