viernes, 20 de noviembre de 2015

Lola Roca XCI

Hay personas especiales y luego está ella.

Lola Roca ve el mundo como una continua cinta transportadora y ella viaja dentro de una burbuja. 

Es en las pompas de jabón donde encuentra la paz.

Lola Roca explota edificios con su risa y cava pozos con su llanto. 

Es muy poderosa, el don de hacer feliz, a la vez, es una responsabilidad muy grande.

Es capaz de hacer temblar la tierra si está contenta. Todo vibra y es maravilloso.

Lola Roca es intensa como la vida misma que le brota en cada inspiración, de fuera hacia adentro y de dentro hacia fuera. 

Lola Roca se expande y se contrae como la madera con los cambios de temperatura. Sus estados de ánimo te repercuten como el clima.

Retumba el mundo de una manera muy fea si está triste, si está triste se empodera el mal. Ahí es cuando a veces hiela en verano.

Lola Roca, además, es una ciudadana del mundo animal de la sabana, es una suricato, por eso le gusta llevar las mangas de los jerséis más largas de lo normal y posar en las fotos con la mano en la cara.

Lola Roca está alegrando almas en el fin del mundo, todo al sur que el planeta le permite estar.

Yo la echo de menos siempre, en cualquier latitud. Háganla sonreír para pasar menos frío.

Bhaktapur, Nepal, junio 2013.


martes, 3 de noviembre de 2015

Lola Roca XC

Lola Roca moquea bailando alrededor de una silla, en un espacio vacío, abandonado, así se siente, así que se va al rincón, se quita ropa sudada, se queda en tetas frente a la pared y se pone ropa seca.

Ojalá se pudiera quitar la pena como se quita el sudor de encima. Ojalá se pudiera cambiar de piel, se piensa, y acto seguido vuelve a contradecirse, ojalá siempre estuviera en esa piel porque en esas lágrimas que le suben por ese esófago suyo, tan maltratado, sabe que acaba sacando el gusto por vivir.

Lola Roca (se) está trabajando la melancolía y arrastra la suya por la sala, como todo dios arrastra su particular lastre. Ahora tiene detrás a una compañera encalomada en su silla bailando flamenco.

Lola Roca ha encontrado en su pasión por el ritmo su profesión, en sus bailes ancestrales una manera de conciliación entre su ayer y su hoy: enseñando sus restos charrúas y creando tribu en la cuidad de las biznagas y las castañuelas. Vocación de bailarina, que se empodera ante el no se puede donde se siente tan cómoda.

Camaleónica mujer, le salen saltos de liebre ensayando la nueva pieza de calle porque será el conejo blanco al que seguir siempre. Lola Roca expresa sus penas bailando y arrastra su silla hacia delante, ella va la primera en la fila.


Tira sus lágrimas abiertamente al suelo.

Campamento Chileno Parque Nacional de Torres del Paine, Patagonia chilena, diciembre2014.