Lola Roca sonríe
cada vez que tiene que da un mal paso, enseña los dientes la mayor parte de día.
Le dio la vuelta a su discapacidad por eso usa todo para impulsarse hacia adelante.
Lola Roca
tropieza a cada traspiés y así, tropiezo tras paso, paso tras tropiezo llega
tan lejos que nadie se lo cree.
Nadie tenía fé en
que alguien con una discapacidad física tan obvia en este mundo de escaleras empinadas pudiera manejarse tan bien y sin
dejar de sonreír.
Lola Roca deja
asombro allá por donde va, no por su raro caminar, sino por el encanto que
desprende.
Lola Roca ha
pasado noches en autobús para llegar a la confluencia de mareas a la capital y
tener que ir animando al resto de compañerxs, sin dejar de jalear el “sí, se
puede” que es su motor vital.
Lola Roca es una
valiente, tiene una profundidad en la mirada fraguada a base de esfuerzo y
autosuperación.
Es toda agallas,
no hay viento, ni marea, ni escalones lo suficientemente altos que puedan
pararla.
Lola Roca es toda
un ejemplo de que llegarás hasta donde te propongas, y además , si llegas
sonriendo dejarás una bonita huella.
Toda ella es
hermosura.
La puedes ver por
cualquier calle, porque Lola Roca va a
todas partes, paseando a su perrita y disfrutándose la vida.
Foto de Alba Diaz Maese, su vergel paraíso particular, junio 2015. Te quiero manita shica! |