martes, 27 de mayo de 2014

Lola Roca XL

Lola Roca ya camina sin torcer los pies, se ha esforzado mucho.
Se ha dado alguna hostia de bruces y algún que otro traspiés, pero se puso recta. Se sacudió los vértigos y se propuso aprender a galopar.
Lola Roca sin riendas.
Lola Roca libre, como las yeguas.
Lola Roca ve lo sanador en todas las artes, por eso quiere ser infinito-terapeuta.
Como es muy tenaz lo que se propone lo consigue, porque en intentarlo está el verdadero logro.
Lola Roca va tocando la guitarra, adoptando cachorros, sintiendo la magia de los pies de dos centímetros, compartiendo tardes octogenarias debajo de cerezos... Lola Roca así está, dejándose la melena y las uñas largas, nutriéndose de psicoanálisis y filosofía universal. Ella lo sabe, tiene un don con las plantas.
Lola Roca desbocada y encauzada, sonríe.
Lola Roca que ha disfrutado de los colores africanos y le han dado caramelos monjes budistas en una estupa en Katmandú, se siente más pletórica que nunca en su aquí y ahora.
A Lola Roca le están fabricando al Sur un palo de lluvia casero.
Lola Roca al trote y al galope, fuerte, segura, valiente y brava.
Bicis, macetas y Pepa, Terraza de Nico, Málaga, mayo 2014.

A mi Tata, sangre de mi sangre. Por todo y siempre, gracias.

lunes, 19 de mayo de 2014

Lola Roca XXXIX

Lola Roca sabe que la realidad supera la ficción, por eso filmaría todo con una cámara de vídeo. 

Tiene el estómago de una forma distinta al resto, por eso, a lo mejor percibe el mundo así.
Lola Roca ve la vida como una gran pista de baile en la que tiene que ir cambiando de escenario y pasando de pantalla.
A Lola Roca quieren echarle en la espalda una ansiedad que no le corresponde...sobre su larga espalda...a ella, que sólo lleva ahí la palabra amor.

Por eso, Lola Roca sufre esos brotes de auto-castigo aunque ha prometido espantarse las nubes negras.

Las pretensiones le hacen cotana.

Lola Roca sólo quiere vivir sin reloj ni horario, para poder dedicarse a crear, pero ese lastre que es la culpabilidad se lo impide.

Lola Roca es adicta a la glucosa, moja las galletas de par en par y es de tres de azúcar y mucho Cola Cao. Da besos dulces y tiene esa mirada tan inocentemente tierna, aunque a veces le amarguen las vistas.

Lola Roca hace y deshace maletas con esa rapidez que da la práctica, aunque llore con el equipaje desparramado, siempre viaja para aprender.

Acaba de cruzarse en su camino una persona que le da la mano. 

Ha sido un cruce de caminos de esos que cuando se piensan hacen sonreír y hacen sentir cosquillas en ese mismo estómago, que a veces le duele a Lola Roca.

Playa de La Malagueta, Mayo 2014.




Gracias por hacerme cantar.

lunes, 12 de mayo de 2014

Lola Roca XXXVIII



A Lola Roca se le metió el arte por debajo del esternón. Es lo que bombea y mueve sus manos y su corazón.
Lola Roca vio en seguir adelante primero una canción, después una coreografía y ahora ha convertido el "Seguiremos" en un himno, que va propagando allá por donde va. 
Igual que su menos es más, ella es mucho.
Y ella es de ir a muchas partes.
Lola Roca es del sur, pero vive mucho el norte. 
Algunas veces, se pierde porque tiene que ir de un salto del este al oeste.
Lola Roca va subiendo y bajando muy deprisa de cada escenario, aula o sala.
Lola Roca no vive la vida, ella la danza.
Lola Roca da y recibe señales en todos los acentos, en oral, en signos, en magia, en ritmo, en vibraciones y en compás.
Lola Roca es de las que ríe y llora con facilidad, por esa rara forma que tiene de sentir la vida.
Lola Roca es pura emoción.
Cuerpo, movimiento y alma.
Sonrisa, abrazo y baile.
Lola Roca maestra, intérprete y artista, a la que se le escapan las ganas por los rizos de su pelo.
Cuidado con ella si te la cruzas, sus ganas de vivir son contagiosas. 
Fotografía de Susana, la Lola Roca XXI, "Japanese garden" Dublín, marzo 2014.

A Rakel, a Arymux, a la signodanza, gracias, eskerrik asko.

lunes, 5 de mayo de 2014

Lola Roca XXXVII

Lola Roca tiene cicatrices inexplicables casi en todas las partes de su cuerpo, la que le cruza la garganta, probablemente, sea de las más espectaculares que colecciona.
Lola Roca es de primera infancia difusa, obtusa, turbia y no muy recurrente en sus conversaciones.
Tiene catorce años, dos casas de acogida, una familia de adopción, muchos nervios y un retraso madurativo, que le dan ese toque tan especial.
Lola Roca arrastra los pies y la mochila entrando cada mañana al instituto.
Su padre no le deja coger el autobús para subir la calle que va de su casa al centro escolar  y ella a veces se monta.  Le desobece en eso, como en muchas otras cosas, sin cargo de conciencia.
No se siente otra cosa que incomprendida, no sabe definirse, le da patadas en la silla al compañero del asiento de adelante.
Lola Roca es fruto de las clases de apoyo y diversificación, tiene muchas horas de aula de convivencia encima y algún que otro parte pero le da igual, completamente.
Lola Roca es una superviviente del maltrato infantil y de la adolescencia desarraigada en una tierra de nadie.
Lola Roca vive entre la ansiedad, el trastorno de déficit de atención y las hormonas en un constante devenir.
A ratos, le gustaría salirse de ella misma para no volver, ni cuesta arriba, ni andando, ni en autobús.
Lola Roca dando voces, tumbos y patadas a lxs ordenes y a la vida, espera en el pasillo el cambio de clase.

Bhaktapur, Nepal, Junio 2013.