lunes, 26 de agosto de 2013

Lola Roca VI

Dice un proverbio que la fe mueve montañas.
En el caso de Lola Roca la suya, su fe, la movió de sus montañas.
Lola Roca se crió en un pueblo salvaje, rasgado, verde y titánicamente pobre. Como no tenía nada a lo que aferrarse se agarró a su fe y ella le correspondió cubriendo sus necesidades básicas de alimentación, salubridad, higiene y techo.
 Así, seducida por no tener que volver a pasar necesidades, de su fe hizo su profesión. Lola Roca no tuvo que volver a preocuparse  por el hambre propia, en teoría sí de la ajena.
Lola Roca es una mujer adulta lejos de sus hermanas biológicas,  de su pueblo, de su miseria natal y de sus montañas. No admite su nostalgia aunque se le escapa por los ojos.
En todos estos años ha tenido crisis que no admitiría ni ante ella misma.
En el fondo de su ser, sigue recriminándose el tener que echar de menos todos los días el violeta verdoso de sus montañas…que algún día volverá a ver…si su Dios quiere.
Lola Roca se recoloca el hábito.

A esa monja nicaragüense que compartió autobús conmigo.

El Tobar, Cuenca.

viernes, 23 de agosto de 2013

Lola Roca V

De educación tradicional, Lola Roca, lleva siempre unos pendientes de aro y oro, clásicos a la par que elegantes.
Mujer de belleza serena, Lola Roca.
Lola Roca tuvo un futuro de hipoteca, urbanización con piscina, hijas/os tras boda por la santa Iglesia Católica y segunda residencia en Marina D’or. Ahora, Lola Roca lo piensa y un escalofrío recorre su espalda… Esa espalda, de vez en cuando contracturada, donde se ha echado todos los prejuicios, estereotipos y tabúes sociales para no tenerlos delante nunca más.
Sin embargo, Lola Roca antes de salir del armario tuvo que lidiar con sus propias tempestades personales, hasta que encontró la aguja en su pajar para pinchar todos los globos.
Lola Roca, tenía muchos globos, llenos sólo de miedo y aire caduco, que no le dejaban tirar hacia dentro del pomo de la puerta. Hubo muchos pinchazos que acabaron con el sonido sordo de una puerta abierta.
Así, con mucho trabajo y tesón, su “amiga” pasó a ser la eterna compañera de piso en las reuniones familiares.
Más adelante, su madre presentaba a “la novia de la niña” a las tías del pueblo, no sin cierto rintintín aunque con mucho respeto del bueno, del sincero.

Lola Roca ahora se lame las cicatrices de un divorcio… pero eso es otra aguja…


Mar Mediterráneo,costa de Almería.

martes, 20 de agosto de 2013

Lola Roca IV

A Lola Roca nunca van a llamarla señora ni a tratarla de usted. Nunca van a tratarla como a una persona adulta aunque tenga 36 años.
Lola Roca nunca va a conocer a su primer amor.
Lola Roca nunca va a controlar esfínteres.
Lola Roca nunca va a salir de su mundo acolchado.Tiene la perspectiva que se tiene desde un carro adaptado. Siempre centro de todas las compasiones del mundo, nadie al cruzarse con ella, se imagina todo el amor que la rodea y nutre. 
Lola Roca siempre está atendida, siempre se siente querida.
Lola Roca tiene parálisis cerebral y una familia que la arropa por el transcurso de sus días.
Lola Roca nunca fue a atención temprana, ni al colegio, ni al servicio de ocio, ni a ver a una fisio, ni a la educadora especial,…tampoco su madre fue a talleres de “apoyo a la cuidadora”.
Eran otros tiempos cuando Lola Roca nació, pero no le han faltado estímulos, ni besos todos los días, ni paseos,...
Su madre y su hermana, que se siente culpable por querer vivir su propia vida, no descansan si no está Lola Roca sonriéndoles o haciéndoles un guiño desde ahí, desde su mundo acolchado.
El Torcal, Antequera, Málaga.

viernes, 16 de agosto de 2013

Lola Roca III

Lola Roca se siente algo aturdida tras tantísimas horas de vuelo.
Tiene en la cabeza, como la resaca de un lejano eco, tantos “te echaré de menos”, “cuídate mucho”, “agrégame al Skype”,…
Con dos carreras y acercándose a la treintena, Lola Roca, ya está lista para trabajar de niñera en una zona residencial, a diez mil kilómetros de su casa… Piensa en su madre, traga saliva y lágrimas. Respira salado.
¿Quién le iba a decir que acabaría haciendo esto? Lola Roca está nerviosa, le sudan las manos, esas manos suyas sin uñas…se arranca un padrastro.
Sigue firme hacia sus planes.
 El euro, la recesión, Merkel, el FMI, los recortes sociales, el paro, Rajoy, la precariedad, la privatización,…son ahora conceptos abstractos que se desdibujan en su mente, que no siente como suyos. Parpadea varias veces, “será el jet-lag”, se dice.
Lola Roca acaba de llegar.
Nota como le bombea sangre el corazón en el pecho y en las sienes.
 Se atusa el pelo.
Paso adelante.
Lola Roca es la siguiente en la cola de Extranjería.
Respira hondo.
La fila avanza.

Lola Roca sonríe y deja el pasaporte sobre el mostrador.
Oasis natural, Marruecos, febrero 2013.

lunes, 12 de agosto de 2013

Lola Roca II

Lola Roca de talla M y mediana edad. Se sacude, mirándose al espejo, las reminiscencias de una bulímica juventud que todavía la acechan, como las sombras en la penumbra.  
Ya no termina sus comidas wáter abajo con lágrimas y arcadas, pero esas sombras a veces se aferran a Lola Roca: son su personal y secreto lastre.
Por eso, Lola Roca, algunas veces, anda tan despacio. Cada paso le supone un esfuerzo extraordinario. Hay días que las sombras pesan más que otros, pueden llegar incluso a cortar la circulación de sus tobillos. Son días de gangrena, ansiedad, insomnio, taquicardia, tranquimazín y de encender todas las luces.
Las sombras inseparables pueden lograr que con cualquier movimiento Lola Roca se odie por tener que avanzar tan despacio.
También hay días en que consigue quitárselas de encima con una simple sacudida de cabeza. Ahí, anda ligera y expectante huyendo de cualquier apagón o sitio mal iluminado, cualquier precaución es poca.
Lola Roca saborea orgullosa esos momentos en que puede seguir adelante y sentirse libre. Paso a paso, tal vez, algún día esas sombras sólo sean su lastre fantasma…Lola Roca se está permitiendo tirar hacia adelante sin tirar de la cadena. 



                                       *Foto de mi hermana, Albarreal de Tajo, Toledo, 2013.

martes, 6 de agosto de 2013

Lola Roca I

A Lola Roca se le cae la baba de la risa…bueno de la risa y porque hace ya varios meses que pasa de usar la dentadura postiza. Decidió escupírsela en la sopa a su compañero de mesa, una bonita tarde de abril, en el primer turno de la cena.
Lleva viviendo como interna en el módulo de asistidos varios años, unos años que han ido cuesta abajo y sin frenos hacia un alzheimer galopante. Este tan sin par amante ahora la tiene embelesada, babeada y sonriente todo el día.
¿Quién se lo iba a decir a Lola Roca y a sus chorro cientos mil familiares? Ella nunca se permitió enamorarse como buena hija mayor y solterona. Trabajó toda su vida, literalmente, por y para los demás: primero cuidó de sus hermanitos y hermanitas, luego de sus padres, luego de sus tías solteronas, después de sus sobrinitos y sobrinitas al quedar huérfanos de padre y madre y por fin, cuando toda carga familiar estaba fuera del horizonte de Lola Roca…apareció él y Lola Roca cayó en sus brazos, exhausta de tanto cuidar.
Una carcajada estrepitosa, aguda y desordenada hace retumbar todos los oídos y “tacatases” de la sala de la televisión.
-Nunca fue una mujer muy alegre y ¡joder! Es la primera vez que la veo reírse así…-dice una de sus chiquicientas sobrinas en su visita semestral totalmente estupefacta.

                Y así, Lola Roca va asombrando al goteo de visitas sobriniles que recibe, una mujer definida por  su carácter austero, sumiso y recio… es al son de la demencia cuando por fin se ríe despreocupada, desocupada y sí, obviamente, sin saber muy bien de qué.

*Foto.-Museo de Madera,Bhaktapur, Nepal 2013.